En primer lugar habría que romper una lanza ya que los dos discos están editados por sendas multinacionales, así que todavía quedan directivos que tienen su corazoncito y son capaces de sacar flores en medio de tanta basura.
No sólo hay se acaban las coincidencias sino que estos dos genios viven en las islas británicas: Richard en su queridísimo Sheffield y Polly Jean en un pequeñito pueblo del suroeste de Inglaterra. Es decir, uno del norte industrial británico y otra de la apacible campiña inglesa.
Dicho así parecería que Richard tendría que estar rozando el heavy o el punk, pues no. Bajo esa voz de barítono y detrás de esas gruesas gafas, Richard es un alma sensible que es capaz de editar un álbum como Lady’s bridge, con una elegancia y una clase portentosas. 11 pequeños homenajes a su ciudad y a su gente con una belleza y una sensibilidad fuera de categoría y con unos arreglos orquestales que ya les gustarían a muchos grupos.
Polly Jean parece que viviendo en ese entorno bucólico debería ser todo dulzura y placidez y ahora lo es ya que ha superado la etapa de rockera dura, con aristas y de comportamiento difícil. Eso quedó atrás con su último disco White Chalk, todo un claro ejemplo de que menos es más. ¿Cómo se puede transmitir tanto con una voz y un piano? Increíble pero cierto. La estrella ha dado una vuelta de tuerca y PJ camina sola, buscando la intimidad con sus oyentes, la empatía que nace del susurro y la caricia en el oído, pero que martillea con sus letras aparentemente inocentes. Un disco que dentro de 10 años será todavía más grande porque el «Silencio» dice más que las propias palabras.
SPECIAL GUESS: LEONOR!
LA PEQUEÑA SUIZA Un día feliz
La Pequeña Suiza fue un suspiro, un dulce placer instantáneo que tal como vino se fue. Como legado, un e.p de cuatro maravillosas canciones que contienen letras y melodías absolutamente sencillas. Y es que a veces, nos complicamos demasiado en decir las cosas…
Un día tan feliz para no hacer nada, un día tan feliz para hacer todo… Un momento lleno de rincones, de paisajes, de personas, de sonidos, de descubrimientos… Y pasear con la sonrisa puesta en albornoz… Y cocinar tu plato favorito con dedicación… Y soñar con futuros infinitos y casualidades… Y verte desperezar en el sillón con energía de reserva… Un día tan feliz.
El Cuartelillo. Edición 74 (19 de diciembre de 2007)