Desde que ha empezado el año tenemos mucho de lo que hablar, pero los únicos temas que puedo oír en los corrillos, leer en internet e incluso escuchar en la radio y en las noticias son la ley antitabaco y la ley Sinde.

Yo nunca he sido de leyes, y las dos me la repatean bastante, aunque una me ha hecho pensar más que la otra. Y una nos afecta más que la otra.

Pensando, pensando me he acordado de cómo empezó la piratería en mi vida. Y me sorprendí, primero por darme cuenta de que no ha existido desde siempre, y después, por la suerte de no estar entre rejas. Muy legalmente, desde pequeña empecé escuchando los vinilos que mis padres compraban cuando “viajaban” a Zaragoza.

Religiosamente les poníamos un sello para estampar y sentenciar que esa joya era mía y sólo mía. Neil Young, Pink Floyd, The Beatles, Patti Smith y hasta Teresa Rabal marcados de por vida.

Pero poco a poco, Alejandro Sanz entraría en cólera con mi persona. A Laura le habían regalado Locomía junto con un radiocassette morado con doble pletina. El principio del fin. Interminables tardes de remezclas, donde con cada una de ellas dábamos una patada a nuestro gusto musical. Podía sentirme Christina mientras gorgoriteaba ese “Chas y aparezco a tu lado!”, quedando grabado hasta nuestros días ¿y dónde estaba ese copyright? Si el rey del pollo frito se hubiera enterado!

Pero pensándolo bien, ¡ya había violado los derechos de autor de aquel que se inventara el cuento de los cabritillos!!

Esto iba de mal en peor. Pronto aparecerían en nuestras vidas “la rubia” y Leonor. El contrabando estaba servido. Nuestros ídolos del grunge viajaban en un sobre procedente de Barcelona. Un sobre que era más ilusionante que los propios Reyes Magos (lo cuales pegaban patinazo y te traían hits como “Corazón partío”, que desde el pódium de los 40 principales al lugar más oscuro de mi habitación). Gracias a Leonor pudimos endulzar nuestro oído y sentirnos más Alcañon que nunca.

Saltamos al CD. Recuerdo cuando me regalaron el primero. ¡Qué ilusión! ¿Pero cómo coño escucho eso? Pásamelo a cinta por favor. Y de paso se lo paso a Sara, que le gusta mucho. Costó volver a tener una biblioteca con cds, pero llegaron las tiendas donde los alquilaban. Llegó Eva con su grabadora de Cd. Tuesta que te tuesta. Y por fin, la mula, el Soulseek y todos esos programas que hicieron más pobres a los ricos y más ricos a los que teníamos ansia de más.

Y hemos llegado hasta ahora. Donde no hay que esperar el viaje a Zgz, la comunión para el radiocassette, el vecino con el cdplayer, la carta con regalo, el tostador de Eva… Pero claro, si no compras música, desaparecerá. ¡Qué narices, si yo no compro música desde el 85! ¡Uy!, perdonad, tengo que dejaros, me voy a un concierto!

Playlist Edición 208

DOLOREAN: The Unfazed (Unfazed)
L.A. : Crystal Clear (acústico) (Heavenly Hell Naked)
LORI MEYERS: Mi realidad (Cuando el destino nos alcance)

CRONOPOP. DERRIBOS ARIAS: Íntima decoración

DOS BANDAS Y UN DESTINO: Wish you were here (Dos bandas y un destino)
PAULINE EN LA PLAYA: Un gran país (Física del equipaje)
ROWLAND S. HOWARD: Pop Crimes (Pop Crimes)
LOS CHICOS: We Sound Amazing But We Look Like (10 Years of Shakin’ Fat and Launchin’ Shit)
NIÑO BURBUJA: Piloto automático (El ataque de las mujeres enmascaradas)
LA BICI DE JUAN: Voy a quemarte la play (Alojamiento y desayuno)

El Cuartelillo. Edición 208 (2 de febrero de 2011)