Desde el día que aquel MSX llegó a casa las computadoras formaron parte de mis días hasta el día de hoy, que gracias a ellas como y lleno algo del tiempo de ocio usándolas con frecuencia.

Tardes de domingo plenas gracias al uso del cassette en la carga de programas, mezcladas con pipas y el uso de un botón rojo reluciente llamado “reset” formaban una larga espera rodeadas de música de radio y programas en la TV bastante horrendos que ayudaban a que tu estómago se preparara a afrontar al día siguiente un nuevo día de colegio.

Aquellas lentas máquinas iban más en concordancia con el ritmo de vida de entonces que con la estupidez humana que inunda los países de hoy en día llamados desarrollados. Ahora mismo la sociedad de la información está demasiado preocupada por los gadgets que sirven para mostrar y ahora todo aquel que añora algo sencillo tecnológicamente es denominado simplemente freak, palabra despectiva y cariñosa que confunde a las generaciones.

Con bastante acierto acaba de estrenarse la tercera temporada de una serie producida en Reino Unido llamada It Crowd, que con mucho humor del bueno y de toda la vida encaja a los integrantes de un departamento de una profesión que es malentendida, mal valorada y discriminada generalmente por parte de la sociedad.

En ella encontramos a tres técnicos informáticos responsables del funcionamiento de las computadoras de Reynholm Industries, coordinados por Jen, jefa del departamento que más suele responder al teléfono indicando: “¿Has probado a apagarlo y volverlo a encender?” “¿Has comprobado que esté enchufado a la red eléctrica?”.

Detrás de sus roles, un adicto a las consolas avanzado en años, un perfeccionista capaz de avisar a los bomberos por email, un fracasado convertido a la moda gótica y una típica caprichosa inglesa que vende proteger el desastre del departamento a cambio de que no desvelen su ignorancia tecnológica en general.

Un puro reflejo llevado a la comedia de lo que la sociedad de la información ha conseguido incrustar en cerebros semioxidados de personas que siguen creyendo que un informático reinstalará tu sistema operativo tan rápido como será capaz de configurar los canales de tu televisión, desbloquear tu teléfono móvil y poco más que pedir que reinicies google de vez en cuando porque te va lenta tu página web.

Aunque la gente piense que nos aprovechamos de ellos, aquí seguimos, intentando ilusionarnos con las nuevas ondas que mueven las teclas en compiladores, editores, navegadores web y demás interfaces que permiten la comunicación humana de manera más o menos abstracta, para los que vean que internet rompe a los seres extrovertidos que conozcan a El Cuartelillo que se forja tras una red social como MySpace.

SPECIAL GUESS: LEONOR! leonor@lacotorra.org

MATE Cada vez que amanece

A mi hermana la rubia, por ser tan especial para mí.

Alberto Matesanz formó hace unos años Mate, para dar salida a todas esas canciones que no tenían cabida en su grupo Plastic d´amour. Refugiado en unas letras sencillas, costumbristas y emocionantes, Mate es mañana, tarde, noche, sonrisas y bancos del parque. Recuperamos “Cada vez que amanece” de su primer disco, “Sol de medianoche”.

Mañana será mejor, te lo aseguro. Mañana vendrán a sonreírte los sueños y las verdades. Mañana estarás recordando con una sonrisa todos los ayeres. Mañana el tiempo y la distancia jugarán en casa y ganarán el partido. Mañana aprenderás una cosa nueva y te regalarás una flor. Mañana está mucho más cerca ahora. Mañana necesito sentir tu aliento, como siempre, mañana necesitas respirar con fuerza y luchar. Mañana quiero que te subas a una alfombra y frotes la lámpara. Mañana está mucho más cerca ahora, más cerca que nunca.