Sabéis que en esta emisora no se habla de política, aunque algún malpensado ya se habrá dicho a sí mismo que el primer párrafo es toda una declaración de principios. No me voy a detener a analizar los primeros ruidos. Yo quería hablar del ruido de las discográficas.
Leemos esa maravillosa noticia en que Promusicae le ha metido una demanda multimillonaria al creador del software para compartir archivos a través de p2p. Cómo nos gusta en este país el ruido, ¡dios mío!. Y nada mejor que matar a una mosca a cañonazos.
Que quede claro que considero que las discográficas hacen un papel fundamental y decisivo en el mundo de la música y que yo las considero no sólo útiles sino que son, sencillamente, necesarias e indispensables.
Dicho esto y afirmando que todo creador debe tener derecho a controlar su obra, me parece un grave error plantear esta demanda. Creo que se han equivocado en todos los conceptos. El primero es que han ido a por el débil, ¿por qué no van a por las grandes empresas de telefonía?. En segundo, porque han confundido el instrumento con el delito. Espero que no demanden a todos los fabricantes de cuchillos, navajas, hachas, martillos y, si me apuras, a los que utilizan la radioactividad para fines pacíficos. En tercer lugar, el negocio lo hundieron las grandes discográficas cuando decidieron prescindir del vinilo y pasar al CD. Desde ese momento perdieron la batalla, desde ese momento y con los primeros miles de millones que ganaron tuvieron la oportunidad de reorientar el negocio. No lo hicieron y ahora tienen que hacer ruido para tapar sus errores, ruido para ocultar su fracaso.
Evidentemente las grandes discográficas no se van a manifestar, ni van a montar piquetes. Es más fácil hacer ruido demandando al pequeño, aún sabiendo que no van a ganar, que haciendo ruido reconociendo su incompetencia para buscar nuevas salidas a su negocio.
Y ya se sabe, el ruido sólo se calma o se acaba de dos maneras: una con música, con buena música y la otra es trabajando en silencio y siendo el mejor en lo tuyo. Que se lo pregunten a Nadal, él enmudeció París con su calidad y la música del éxito.
SPECIAL GUESS: LEONOR! leonor@lacotorra.org
CINERAMA Kerry, Kerry
Cinerama surgió de las cenizas de The Wedding Present, mítico grupo indie inglés comandado por todo un personaje: David Gedge. A finales de los 90 decidió dar por terminada la historia de The Wedding Present y continuó su carrera con algunos de sus músicos formando Cinerama. Pero hace dos o tres años, volvió a dar la vuelta al asunto. Acabó con Cinerama para resucitar de nuevo a The Wedding Present. Recuperamos «Kerry, Kerry», que fue su primer single, pop clásico y de enciclopedia.
Ahora que se ha terminado, te tengo donde quería: dentro de mi vida pero fuera del reproche. El dolor ya se ha apagado y ahora eres un pálido reflejo, una sombra descafeinada, una mudanza a medias. El triste engaño de un corazón de rebajas. Ni lágrimas ni pañuelo. Ahora vuelvo a estar en el mercado con media sonrisa acorazada, con los brazos abiertos a la incertidumbre y fuera de lugares comunes. Ahora me esperan abrazos de plenitud y como dice la canción «Que lo mejor de nuestra vida aún está por ocurrir».
El Cuartelillo. Edición 98 (12 de junio de 2008)