Canciones

Desde que empiezas a aficionarte a escuchar música y empiezas a coleccionar tus gustos, existe una cuerda que no cesa de tirar de ti, y creo que ya nunca más dejas de afinarla en tu guitarra.
Esta claro que las canciones no son como los idiomas pero, me arriesgo al decirlo, sí es un lenguaje bastante potente, porque una canción se puede traducir a un acorde, a un golpe de batería, a un coro, a un grito, a una nota de bajo que hace temblar tus pantalones. Ahí está el grupo que te gusta; conoces esta canción y cuando te viene a la cabeza no te importa perder el tiempo en buscar el disco donde la guardas y hacerla sonar…
Pero que es lo que pasa con el por qué de ésta. Por qué usan en ella una Rickenbacker en lugar de una Telecaster. Que pasa con un MI, un LA y un RE, ¿no conocen otras notas? Habrá otros que sí las usen, quizá no se traduzca en rock, tal vez sea pop, o tal vez sea ¿un soul? Muchos compositores se han dejado influenciar a lo largo de sus creaciones, todos tienen características en común y, por defecto, se agrupan en tendencias, estilos, movidas, escenas. Son entonces igual de coleccionistas que nosotros, con la diferencia que cada uno de ellos puede llegar a interpretar. Nosotros, al escucharlos, seguiremos afinándonos a base de nuestras sensaciones…
Y si realmente comienzas a ser exigente, puede ser recomendable que salgas de casa y escuches esa música de mano de sus intérpretes encima de un escenario. Entras en la sala, pabellón o recinto y la sensación se convierte en ambigua. Por un lado, te ves rodeado de tanta gente que te produce una sensación de claustrofobia por la que, encima, has pagado. Además la cabeza del personaje de delante es la más grande de la sala y no para de fumar algo que te marea. Y por otro lado, te consuela pensar que vas a disfrutar conjuntamente con toda esa gente del grupo que llevas esperando ver meses, días o tal vez horas…
Sin duda el guitarrista debe ser grande, ¡fíjate cómo se mueve! Realmente me divierte e incluso parece que la toque bien, pero al resto de la gente, yo creo que tampoco les está pareciendo tanto. He viajado hasta esta ciudad sólo para poder verlos, sin tener un sitio donde dormir, y esta gente ni siquiera aplaude al grupo cuando termina la canción. A mí me están gustando, no querría que el concierto acabara antes por culpa de esta actitud…
La música es cultura, engloba un mundo, un mundo explotado, eso sí, y en la cabeza de otros muchos forma parte de un gran negocio. En minoría siempre habrá alguien que recopile y grabe sensaciones así, autenticas y no perecederas…
Éstos fueron nuestros minutos, pueden ser los tuyos, nuestro Cuartelillo, tú Cuartelillo.

Jorge Cerdán

El Cuartelillo. Edición 2 (3 de febrero de 2006)

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