Pero que pasa, que llego a casa lista para preparar una nueva edición, veo las descargas de eso que no se debe tener pero que funciona sin parar y tachán. Hay estaba. La banda sonora de Once, sonando al máximo “Falling slowy”, eso que se puede llamar canción pero que es algo más. Es el recuerdo de una historia con tanto sentimiento que se desborda en cada nota. Se que la canción no es la mejor canción del mundo pero ayuda a aflorar en 4min todo lo que “Once” ofrece en dos horas; ilusión, amor, pasión, complicidad ingenuidad, miedo, obsesión, sensibilidad, sensibilidad…
Lo irónico fue que la encontramos por casualidad. descansamos un fin de semana de conciertos, desviando la sección cultura a la gran pantalla, a aquella que teníamos tan olvidada últimamente. Tan olvidada que no conocíamos ninguna de las películas de la cartelera. Así que nos lanzamos a aquella que menos nos hiciera sufrir y que por el ojo nos entro simultáneamente, una película-musical. (Vaya, parece que el destino siempre nos lleva al mismo sitio).
Lo que sucede en la sala es caso aparte. Te envuelve de una manera que te transporta hasta el mismo escenario donde ocurren los hechos, viviendo hasta los límites esa relación tan perfecta.
Sshh…No se puede contar el final…tenéis que verla, tenéis que vivirla, pero yo no os la recomiendo, que eso siempre produce demasiadas expectativas y esta peli no tiene nada y lo tiene todo.
Y aquí os dejo, devorando cada uno de los cortes de la exquisita banda sonora de Once, una peli y una música donde el director abre tu interior, y como si de un supermercado se tratara, va caminando por el pasillo, con su carro, cogiendo, leyendo, toquiteando todos tus sentimientos perfectamente etiquetados y algunos de ellos, hasta ahora envasados al vacío, pero que inconscientemente, has ido exponiendo.
Once es un cuento de hadas apto para casi todos lo públicos, donde hay personajes de fantasía que nos enternecen y emocionan , lobos feroces disfrazados de inseguridad e indecisión y finales que nos hacen llorar, no porque coman o no perdices, sino porque terminan y colorín colorado, la magia se ha acabado y colorín colorado nuestro Cuartelillo ya ha empezado!
Ana Herrera
SPECIAL GUEST: LEONOR! leonor@lacotorra.org
HEAVENLY Different day
Decir Heavenly es decir Amelia Fletcher, todo un icono del pop inglés desde los años 80. Desde los seminales Talulah Gosh hasta los actuales Tender Trap, pasando por Marine Research y por supuesto Heavenly, el grupo que ha pasado a la historia como estandarte de su forma de entender la música. Abanderados de la discográfica pop por excelencia: Sarah records, Heavenly aportaron frescura, melodías y sonrisas eternas.
Cada día espero un tren de maravillas que coloree este andén desgastado. Cada día se me ocurren mil historias que pasan de largo en esta estación. Cada día alimenta el deseo de uno mejor. Y ocurre que a veces, aparece de repente ese tren tendiéndome la mano y me subo deprisa con los ojos como platos. Y lo que ayer eran escollos son hoy nubes de grandeza. Y recorro los vagones tocando, escuchando y oliendo en plenitud, porque pronto llegará a su destino y volveré al regazo de la casualidad.
El Cuartelillo. Edición 92 (2 de mayo de 2008)