Con las nubes grises detrás

Un sentimiento agridulce reposa todavía alrededor mío varios días después de terminar el Antipop festival. Se que con el tiempo ese saborcillo amargo acabará siendo disuelto en las papilas gustativas del recuerdo, pero por ahora me sigue dejando un pertinaz regusto. Simplemente elegimos la sala equivocada y punto, no hay que lamentarse más.

Imagino (y no andaré muy desencaminado) que el dueño de la sala estará pensando lo mismo de nosotros, que eligió el festival equivocado, pero sus pensamientos ya son cosa que sólo a él le pertenecen, así que vamos a lo que nos interesa y comencemos con la crónica del evento más genial de la temporada, el Antipop festival.

Después de la prueba de sonido más desagradable que he experimentado en mi vida, y con unas ganas enormes de suspender el concierto y devolver a la gente el importe de su entrada, caigo en la cuenta de que todo el trabajo hecho para llegar aquí no se puede tirar así como así por muchas circunstancias adversas que se presenten. Nos ponemos nuestras caretas de cartón y salimos al escenario a tocar, que es a lo que hemos venido. Atravesamos por entre medias del público para llegar al escenario y la gente empieza a animarnos. Nos lanzamos con la melodía del Antipop e inauguramos por fin una idea convertida en realidad. Es como romper una botella de champán en el casco de un barco que has estado construyendo durante muchos meses, una liberación agradable.

Tras unas cuantas canciones más, mi lacayo Skaton sube al escenario y me coloca mi capa mágica con la que procedo a hipnotizar al público dándoles las oportunas órdenes de que canten conmigo el siguiente estribillo: «puto myspace, puuuto myspace». Obviamente, la fuerza de mis poderes es tan grande que no tienen más remedio que obedecer. Miro al dueño-técnico de la sala y observo su expresión facial. Llámame suspicaz pero creo que todo este circo no le hace ni puta gracia.

Terminamos la actuación y me relajo un poco. Fominder sale a escena con su guarda espaldas, el forzudo encapuchado imagen de nuestro cartel, que nos hace una demostración de cómo romper nueces con los bíceps. El impacto visual es impresionante, con la máscara mejicana (esta no es de cartón como las nuestras), el torso desnudo y las mallas ajustadas; una pasada de espectáculo.

Para Juan éste es su debut oficial como Fominder y han ensayado duro estas semanas. Suenan compactos a pesar de las limitaciones de sonido que tenemos. Conciliador, da las gracias al dueño de la sala por habernos dado esta magnífica oportunidad, palabras a las que éste corresponde con una leve inclinación de cabeza que no deja mucho espacio a la interpretación.

Fominder me reclama para que toque el teclado en su tema Kosmodermia. Con una cerveza en la mano izquierda (yo solo se tocar con la mano derecha) y a mitad de canción, miro a José (batería) y su sonrisa descomunal me renueva la confianza minada por los problemillas sufridos. Joder, que hemos venido aquí a pasárnoslo bien. Ya está.

Nuska y Sonia, las presentadoras del evento (gracias infinitas a las dos) suben para anunciar a Asilo de genios, el cantautor maldito, a la vez que perpetran un sentido homenaje a Gente muy válida, grupo oscense que lamentablemente se ha tenido que quedar fuera de nuestro cartel por cuestiones internas. Lucha de egos, me imagino.

Benja, o lo que es lo mismo, Asilo de genios, ha venido con intención de liarla y tras tocar unos temas propios lo consigue con dos versiones bizarras y macabras del Let it be de los Beatles y del Another brick on the Wall de Pink floyd respectivamente. La gente entra en éxtasis y corea infatigable la letra del Leti sí, dedicada a la princesa Leticia y adaptada por Benja con finísima elegancia y buen gusto. Con el tema de Pink floyd llega el orgasmo. Benja desnuda su musculoso torso de tenista y es pintado de blanco con un rodillo por las profesionales manos de mi novia Laura (bajista de chico Raro y responsable del diseño y cartelería del antipop) a la vez que interpreta su catártico canto en homenaje a Michael Jackson, el rey del pop, o del antipop, según se mire (ey, mecachis, no me sale el moonwalk). Alguien del público se anima incluso a parodiar el mítico paso con buena coordinación corporal de fan entregado y entrenado en el espejo de su casa durante años de adolescencia.

Llega la hora de la verdad. Por fin vamos a poder ver a Monta-man en Zaragoza, un sueño cumplido y el aliciente primero que motivó esta idea del Antipop. Me gustaría definir a Monta-man con un solo adjetivo: profesional. Johnny es un profesional del escenario como la copa de un pino, y tengo la seguridad de que podría salir a tocar aunque hubiese una verdadera batalla campal delante suya.

Le tocó en suerte lidiar con la parte más difícil de todas, salir el último cuando la gente ya estaba algo dispersa y algunos curiosos habían entrado a la sala aprovechando que eran más de las doce y ya no se cobraba entrada. Sin probar sonido (pues llegaron de Palma de Mallorca pasadas las diez) se lanzaron él y Perro vago a deleitarnos con su estilo inquebrantable de hacer y de decir canciones, casiotone en ristre y regalando encima maquetas, chapas y montamanes a todo aquel que se acercase a recogerlas. Una verdadera delicia.

No me puedo despedir sin hacer una mención especial a toda la gente que vino a vernos y pagó su entrada, al maravilloso ambiente que crearon y a los ánimos que nos dieron para hacer una segunda edición de este Antipop 2009. Aunque nos hemos llevado algunas desilusiones, y algún que otro palo, al año que viene, sea donde sea, volveremos, porque como dicen Los murciélagos, el mítico grupo gallego: «el hombre lobo es fuerteeeeeeeeeeeeeeeee».
Hasta el año que viene.

Por Rubén Chico Raro

Play List Programa 154

RAY LAMONTAGNE: Hey Me, Hey Mama (Gossip in the Grain)
LINDA MIRADA: Tokio (China es otra cultura)
Hoy pincha Leonor
: LA CASA AZUL: Hoy me has dicho hola por primera vez
FISCHERSPOONER: The Best Revenge (Entertainment)
THE HI DE HOS: The Drugs Don’t Work Anymore (The Hi de Hos)
ALGO A MEDIAS: Mi secreto (Mi secreto)
THE LABRETS: High Then Low (Format)

El Cuartelillo. Edición 154 (29 de octubre de 2009)

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