A finales de los 90, Gasca irrumpieron en la escena musical española, practicando un tecno-pop denso y oscuro pero que poco a poco se fue abriendo paso hacia la luz. Tenían la peculiaridad de llevar un trombón incluso en directo. Tras dos discos pequeños y un lp para Elefant records, nunca más se supo de ellos.

Como un alto en el camino del equilibrio, una parada necesaria para beber otras aguas. Como un oasis en mitad de la barbarie, como un sueño celoso de independencia. Que cerca están las noches de verano incandescentes, los días insoportables, las tardes en los tejados del desaliento donde apresuradamente se esconde el sol, miedoso. Que pronto se pararán los relojes del cómo, del por qué, del cuándo… Y el tiempo será tan frágil…