El sábado pasado nuestro querido amigo nos sorprendió con otra de sus ideas geniales, una reunión cotorril. No se trataba de aquellas en las que nos repartimos las tareas ni mucho menos una de emergencia. La cotorra ha fichado nuevos talentos, las cotorritas, un grupos de chicos y chicas quienes van a ser nuestros nuevos colaboradores.
Niños a quienes teníamos que transmitir la ilusión de hacer radio, ayudarles con los guiones, con la selección musical, micros… Eso es lo que nos pensábamos nosotros que íbamos a hacer porque siempre parece que los mayores sean los encargados de decirles a los pequeños como funciona el mundo en general, pero una vez más, a mi los niños son los que me han dado la lección. De su casa vinieron bien preparados, trajeron su ilusión, sus ganas, su creatividad, su alegría y descaro, todo lo que hace falta en un programa de radio. Yo estoy segura que no les enseñé nada de nada, tan sólo un par de correcciones ortográficas hicieron falta para que todo fuera perfecto. En cambio ellos me mostraron muchísimas cosas; como el alboroto puede dar tranquilidad, como cuatro tristes líneas escritas en lápiz pueden convertirse en una hoja colorida llena de flores y fuegos artificiales… como unos ven tan buen rollo en la vida y muchos otros tantos problemas. Seguramente mis palabras suenen mucho más ñoñas de lo que en realidad fue porque me costó darme cuenta que ese sábado esas cotorritas me habían enseñado más de lo que yo podría haber hecho, como alguien tan pequeño puede almacenar tanto positivismo, consiguiendo que en un par de horas tus pilas puedan ser recargada. Esa es la magia de los niños y esa es la suerte que tenemos los que vamos a poder disfrutar de ellos. Nunca un bienvenidas había sido tan reconfortante.
Ana Herrera
SPECIAL GUESS: LEONOR!
PAULINE EN LA PLAYA. Titubeas
Desde Gijón nos llega este maravilloso dúo, que a golpe de originalidad, se ha ido abriendo hueco en el mapa del pop español. Ya desde sus inicios en Undershakers, las hermanas Alvarez nos enseñaban un lenguaje diferente, ahora transformado en un pop de estar por casa, de zapatillas y chimenea. «Titubeas» fue el inicio de una progresión en constante cambio, instrumentaciones clásicas, jazz, motown… Todo tiene cabida en el universo de Pauline en la Playa.
Me miras a través del cristal de esta tormenta y me atrapas en tu pupila… Y me acobardo detrás de una taza de café como el que se oculta en medio de un descampado. Sólo las dudas de las palabras y las interferencias del lugar abarrotado me protegen. Sólo el eco tintineante de la vajilla me provoca la sensación placentera de estar en lugar acertado en el momento adecuado. Y el coqueteo persiste a pesar de los años…
El Cuartelillo. Edición 70 (21 de noviembre de 2007)