Pasando por Barcelona y Madrid, regresaban a Zaragoza con un nuevo álbum llamado “Sky Blue Sky” y tras la actuación de Bilbao continuarían su gira mundial que pasa ahora mismo por Dublín y cambiará rumbo a Australia. Estaba en lo cierto y si añadimos el desliz que tuve con las entradas, que agradezco a Art & María su ayuda, conseguí verlos más cerca de lo que tenía previsto en un principio.
Ana y yo nos inmiscuimos dentro de una sala completamente llena en la que ni ir al baño ni a la barra eran tareas fáciles, porque allí la gente estaba a lo que estaba. La primera vez que visitaron la Oasis me sorprendió que la gente se encontrara con tantas ganas de Wilco, pero está vez ya realmente superó todas mis hipótesis de fan encapsulado, porque se podían ver ya a decenas que los seguían por toda su gira peninsular.
Todo empezó con Either way, abre su último álbum y abrió el concierto acompañado del silencio de un público que se encargaba de dejar envolverse por el fabuloso audio generado y se encargaba de disfrutarlo a tope. Canción por canción se agradecía cada tema, desde el primero al último, un público absolutamente volcado, que es lo que suele decir, con ganas de reír incluso cualquier referencia del músico hacia el público, algo que yo sólo he podido ver en audiencias risa tonta con bandas con público más que masivo.
Disfrutando a tope, más que nada por la cercanía con la que nos encontrabamos situados porque nos permitía analizar cada gesto de los músicos, entender a Jeff Tweedy peloteando sobre lo maravilloso que era el público de esa noche y la pelea que tuvo durante una canción con un pelo que tenía atrapado en sus colmillos.
Intercalaron sobre todo los que, ya sus clásicos, sobresalen entre el listado de canciones, dando más garra a un concierto en el que se eleva la melancolía cuando suena cualquiera de los temas de Sky Blue Sky, que no consiguió para nada enfriar a un público, que a grito de “oe oe”, “viva Wilco”, hacía que la banda sonriera a menudo y tocaran furiosamente en la vibrante Spiders KidSmoke, reivindicando que la reinvención del rock and roll es posible conjuntamente con otras canciones de sobra conocidas aquí por nuestros oyentes de El Cuartelillo, y que me he encargado de castigar a mi compañeros bastante veces con ellas.
Al salir, sonriendo, mención especial a unos teloneros de Getxo que conocimos, se llaman Smile y nos dedicaron el disco a todo el equipo del programa, y que presentaron de una manera muy especial a la banda ante un público generoso de disfrutar en una sala y ciudad que pocas veces puede contar con música rock tan internacional.
Jorge Cerdán
SPECIAL GUESS: LEONOR!
BELLE AND SEBASTIAN The boy with the arab strap
Belle and Sebastian son pasado, presente y futuro del pop. Siempre dos pasos por delante del resto, comandados por un Stuart Murdoch que es genio, clase e imaginación, son la banda sonora ideal para cualquiera de los momentos que nos podemos imaginar. Rescatamos la canción homónima de su tercer disco, toda una lección de cómo tocar y cantar una canción enorme.
Chicos y chicas en la calle, palmas, pitos y provocación. Las pandillas juegan a juegos nuevos, a juegos emocionantes…Y las caricias son cada vez más nítidas. Tardes en los bancos del parque esperando la función diaria de los solitarios. Y los tejados reparten humo con una constancia espantosa… Y me gusta olerte a leña y a frío dentro de tu corazón incandescente.
El Cuartelillo. Edición 69 (14 de noviembre de 2007)