Me reconforta saber que varias personas “entendidas” en música la consideraron una de las 5 mejores canciones del 2006. Yo la rescato ahora porque, tal vez, lo que tenía que ser un “blog hablado” se quedó durmiendo en un cajón y las circunstancias que nos rodean han hecho que abra ese cajón y desempolve y actualice este texto.
Decía que me gusta esta canción, aparte de por su calidad musical, por su título: Destrozas todo lo que tocas. ¡Qué gran frase! Tu mente es más rápida que mi teclado y ya tendrás en la cabeza dos o tres personas a las cuales colgarle este “sambenito”.
La actualidad obliga a dirigir nuestras miradas a la tonallidera arrestada, sí la antigua viuda de España. Es cierto que a esta “pobre” mujer le va que ni pintado: se casó y un toro mató a su marido; se juntó con una famosa locutora de radio y también murió al poco tiempo; se hace amiga de otra cantante de sevillanas y no vende un puñetero disco más (eso hay que verlo como una suerte); rehace su vida con un alcalde y lo meten en la cárcel por corrupto.
En nuestra zona también hay algún ejemplo de dominio público que es como el rey Midas, pero al revés: todo lo que toca lo convierte en… “mierda”. No doy más pistas pero tuvo algún que otro cargo político y estuvo vinculado como cabeza visible de varias asociaciones, sobre todo, deportivas, una persona en que lo fundamental era su lucro personal.
Y es que es más fácil destruir que “construir”, es más fácil romper que reparar, cuesta mucho más sacar a flote una actividad del tipo que sea que acabar con ella. Para destrozar valemos todos, para construir no vale cualquiera porque hay que tener un conjunto de cualidades más una gran dosis de suerte. Alguien pensará que la suerte no influye, se equivoca y si no que se lo digan a un amigo mío que siempre decía que hay gente que nace con estrella y otros que nacen “estrellados”.