Ya llevamos unos días en los que todo el mundo comenta lo mismo. Es el tema. ¿El de la semana?¿El del mes?¿El del año?… Es un acontecimiento con el cual podría aventurarme a decir que todo el mundo está contento, al menos, por el hecho. Un general “¡Por fin!” asaltó en las cabezas de todos. ¿Todo el mundo piensa lo mismo que su vecino? ¿Está la gente de acuerdo en las formas?… Muchas opiniones, reproches y un largo etc. aparece después pero en esto no quiero entrar.
Pensando sobre esta noticia me han aparecido temas alternativos y desde luego que la deducción más sencilla ha sido: “nunca llueve a gusto de todos”.
Pero, ¿por qué ocurre? Todos somos diferentes y hemos llegado a un punto en el que parece que esto tiene connotaciones negativas. Y yo, qué quieres que te diga, a mí me parece de lo más normal y de lo más apasionante. Qué aburrimiento sería estar rodeado de personas que piensan igual que tú, que tienen tus mismos gustos, tus mismos ideales. “Sería perfecto”, pensarán algunos, pero es que a mí la perfección no me gusta ni un poquito. “Pues, qué raro que eres”. La palabra que se usa por excelencia cuando no piensas igual que aquel que lanza esa lindez por su boquita. A lo mejor el raro para mí eres tú, ¿no?
No sé cuándo se perdió ese respeto por lo diferente, o quizá nunca se ha tenido pero a mi cada día me parece que quien piensa así es que es muy cerrado de mente. Y lo que estoy exponiendo no sólo es mi punto de vista; está claro que la intolerancia hacia los diferentes puntos de vista no trae nada bueno y sino mira las guerras, las peleas, las marginaciones o esta banda tan terrorífica anteriormente mencionada, por poner algunos ejemplos.
En este espacio nadie va a hacerte preguntas, nadie te va a juzgar por lo que eres o por lo que haces o por lo que te gusta. Desde aquí solamente queremos hacerte pasar un buen rato, con música de primera, para que te olvides durante una hora de lo pasa más allá del Cuartelillo…
Pero, ¿por qué ocurre? Todos somos diferentes y hemos llegado a un punto en el que parece que esto tiene connotaciones negativas. Y yo, qué quieres que te diga, a mí me parece de lo más normal y de lo más apasionante. Qué aburrimiento sería estar rodeado de personas que piensan igual que tú, que tienen tus mismos gustos, tus mismos ideales. “Sería perfecto”, pensarán algunos, pero es que a mí la perfección no me gusta ni un poquito. “Pues, qué raro que eres”. La palabra que se usa por excelencia cuando no piensas igual que aquel que lanza esa lindez por su boquita. A lo mejor el raro para mí eres tú, ¿no?
No sé cuándo se perdió ese respeto por lo diferente, o quizá nunca se ha tenido pero a mi cada día me parece que quien piensa así es que es muy cerrado de mente. Y lo que estoy exponiendo no sólo es mi punto de vista; está claro que la intolerancia hacia los diferentes puntos de vista no trae nada bueno y sino mira las guerras, las peleas, las marginaciones o esta banda tan terrorífica anteriormente mencionada, por poner algunos ejemplos.
En este espacio nadie va a hacerte preguntas, nadie te va a juzgar por lo que eres o por lo que haces o por lo que te gusta. Desde aquí solamente queremos hacerte pasar un buen rato, con música de primera, para que te olvides durante una hora de lo pasa más allá del Cuartelillo…
Jorge Cerdán
El Cuartelillo. Edición 10 (7 de abril de 2006)