Zola tuvo una vida efímera que dejó tras de sí un disco precioso titulado “Siete maletas” lleno de canciones con un poso de melancolía y amargura, pero respirando vida y ternura. La voz de Nuria mece las canciones a un ritmo sosegado con una dulzura soberbia.
Tardes de sofá con el sol hirviendo y delirios de invierno. Y la oscuridad nunca llega, y los refugios tampoco… Y los aliados están batallando en otra parte con otras armas, con perfumes saludables y amapolas… Y el agua nunca llega a este campo de sed porque planté mi espantapájaros antes de tiempo y porque quise ser estrella en un mundo de planetas.