NACHO VEGAS. Ocho y medio

Nunca nadie sonó tan triste y tan apasionado a la vez, tan cercano y tan extraño, tan sencillo y tan complicado. Con solo una guitarra y esa voz tan característica, Nacho Vegas eleva la canción de amor al cuadrado. La distancia que golpea, la añoranza de viejas sensaciones y el dolor de la separación serpentean a lo largo de la enorme plegaria que es “Ocho y medio”.

Y la pasión desgarradora juega con el cúmulo de errores cometidos. Y la simple cotidianeidad evoca momentos especiales. Y los surcos bien trazados dejan paso a tierras yermas y a revoluciones. Y dos y dos no son cuatro, ni siquiera ocho y medio. La herida es mucho más profunda.

“Seré muy breve, te quiero y eso duele”.

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