Todo se enciende con la llamada de un amigo que me recuerda que está en el concierto de The Cure en Barcelona, tarareo un rato con él la canción, que tras mil escuchas no recuerdo el título y me acuerdo también de un personaje que hace un sueño realidad y se pone en primera fila a sacar fotografias del concierto. Después se corta la llamada y les escribo un mensaje para que lean que he estado allí un rato con ellos y después Off.

Todo se vuelve On en un instante, una llamada hace recorrer miles de millas para recordar un bonito viaje de regreso, y una experimental estancia en un país desconocido que siempre será nuestro refugio sentimental. Mucha alegría de volver a saber de lo que allí dejamos y mucha ansia por atraerlos hasta aquí vendiendoles tonterías que se pueden ver en Zaragoza este verano. Y contandóles que no hay ninguna novedad por aquí…
Lo cotidiano, la soledad, la tensión de la ciudad que quiere llegar a todos los lugares rápido se derrama a través de cascadas de agua por los agujeros que producen los compases de esta canción que acompaña mis textos… Realmente no sé ni escribir textos ni crónicas pero intento entretener y disfrutar, siempre disfrutar, como buenamente se pueda…
Plus guests: LEONOR! leonor@lacotorra.org
ZOLA Aquel verano que estuve enfermo
Zola tuvo una vida efímera que dejó tras de sí un disco precioso titulado “Siete maletas” lleno de canciones con un poso de melancolía y amargura, pero respirando vida y ternura. La voz de Nuria mece las canciones a un ritmo sosegado con una dulzura soberbia.
Tardes de sofá con el sol hirviendo y delirios de invierno. Y la oscuridad nunca llega, y los refugios tampoco… Y los aliados están batallando en otra parte con otras armas, con perfumes saludables y amapolas… Y el agua nunca llega a este campo de sed porque planté mi espantapájaros antes de tiempo y porque quise ser estrella en un mundo de planetas.