Durante el trayecto no solo me preocupo de recordar todas las grandes ideas que planeé durante las semana para aprovechar los últimos días, también surge la pregunta acerca de que me impidió el no poder realizarlo.
Necesito más tiempo, yo, tu, él o ella…
El pasajero acaba de dedicarme unas palabras, a pesar de que no puedo verle el color de los dientes cuando vocaliza, tras más de un año de estancia aquí, no tengo ni idea que esta diciendo.
Tanto si duermo, le de vueltas a la cabeza u otras intente leer el periódico, el que todos leen y nadie pagaría por él, pienso a veces si merece la pena desplazarse tanto en tren.
Este tren tiene algo de “El Cuartelillo”. Cuando el se pone en marcha, yo también lo hago, escribiendo y anotando en mi cuaderno de viaje, ida y vuelta, de norte a sur. Verde, amarillo y blanco esta pintado pero todo en azul ha quedado diseñado.